miércoles, 21 de octubre de 2009

Coraza-corazón.


A veces, la mejor herramienta es una buena coraza.
Es necesaria para mantener la mente fría, frente a turbulentas medidas de la vida diaria.
La buena coraza es aquella que se difumina en tu alma y te deja una huella inborrable. Se incrusta intachable y tú nada puedes hacer. Es inevitable que al buscarla acabe dando contigo y finalmente se convierta en parte de ti.
Cuando esto ocurre intentas que no se apodere de tus sentimientos, pero, llega un día en el que el frío vuelve a la tierra y sin saber cómo se adentra en tu cuerpo, incorporándose lentamente, al andar, a tus sentimientos, a tus pensamientos y sin quererlo a tu ser.
La buena coraza se integra y forma parte de tí, de tal manera, que ni siquiera notas su terrible frialdad al posar sus labios sobre los tuyos. Lo único que notas es un vacío que te otorga tranquilidad.
Y sin saber cómo, la coraza ha pasado a ser tu piel.
No sabes como.
No lo puedes evitar, pero ahora tu piel es fuerte y hay momentos en los que te sientes indestructible, capaz de soportar dolor, ansiedad, tristeza, desesperación y todo, todo... te resbala.
Entonces piensas que eres capaz de ser más feliz, porque todo lo malo acaba por desaparecer con tu preciosa y nueva, buena coraza, pero... es un arma de doble filo.
Cuando menos te lo esperas, ese vacio insondable que anteriormente te producia tranquilidad ahora te crea una especie de sosiego aterrador.
Acabas de perder los sentimientos.
Y no te das ni cuenta.

¿Dondé los dejaste?

Recuerdas levemente, que cuando te pusiste la coraza tenias a tu lado un sentimiento llamado temor, cogido de la mano del miedo, amigo a su vez de la tristeza, hermana de la nostalgia.
Han desaparecido.
Pero ellos, anteriormente estaban dentro, junto a la felicidad, la tranquilidad, el cariño y la paz.
Piensas, que quizás la buena coraza es tan buena, tan eficaz... que seguramente no se escuchen ni sientan tales sentimientos, pero sabes que están ahí.
Es inevitable... la coraza ha creado tal barrera que quizás haya podido privar a esos sentimientos de vida, y por lo cual, pueden haber muerto.
Intentas pensar que no.
Sabes que eres tú.
No hay ninguna coraza.
No la hay.
No la quieres.
Pero...

¿Dónde están los sentimientos?

Y todo por no mirar, por no querer ver, por intentar solucionar, por intentar querer que todo si no perfecto, sea mejor.


Lluvias en la ciudad.


Y llegas del trabajo.
La casa vacia, las últimas luces pupulan por el hogar.
Ya se encuentran todos dormidos.
Te das un baño, te sientas a cenar, una comida insustancial pero dejada con amor.
Y comienzan a escucharse.
Las primeras gotas, las primeras lágrimas de aquellas nubes que se forjaron durante todo el día en el cielo granadino.
Mi primera lluvia nocturna en este paraje que intenta integrarse en mi vida.
Intento enbaucar las sensaciones debajo del lóbrego cajón de los recuerdos. Intento que no hagan mella dentro de mi, pero indudablemente solo son posibilidades abstractas que nada tienen que ver con la realidad.
Dejo de ser yo. Aquella Inanna en busca de placeres tras volver a renacer y me centro en lo que actualmente puedo llegar a ser. ¿Inanna dejó de existir?
La lluvia me envuelve. Una pequeña luz amortiguada por la oscuridad es mi única compañia. Atraigo hasta mí, la manta y un libro para que me ayude a no pensar... pero es imposible, la lluvia golpea fuerte contra los cristales, como queriendo internarse dentro de la estancia y albergar mi corazón.
Quizas sea lo mejor, pienso, quizas sea necesario que Inanna vuelva a sus antiguas costumbres donde la coraza se cernia sobre ella como la más bella de las vestiduras. Ay que ver... cuando uno quiere abrir todo su ser como existen cientos de miles de motivos que atraen las dos hojas de la puerta para que no salga nada por ellas.
Una hora de lectura plácida mezclada con pensamientos que quizás no tendrian que tornarse y siento que al igual que los personajes de la historia, yo también necesito un lugar donde reunirme con aquellos que, durante este viaje, dejé de ver.
Seguramente no encuentre ese lugar, o al menos las pequeñas hojas que revolotean de los árboles tras morir, me cuentan que no queda mucho para el final. Todo tiene un final, pero hay cosas que yo no quiero que terminen nunca.
Mis ojos se van cerrando poco a poco.
La lluvia se queda conmigo.
Instaladas ambas en la cama me ayuda a conciliar el sueño y siento que un mar en calma me embulle y me hace sentir que no hay nada más aparte de mí.
Este es y ha sido un viaje en busca de la verdadera Inanna.

jueves, 1 de octubre de 2009

¿WHY?


No sé porqué a veces las cosas se tornan grises cuando no te lo esperas.
Hay momentos en los que me gustaria sentir que vuelo, que tengo inercia para no vivir simples hechos que solamente al rozarme me hirieren...
Pero hay cosas que no pasan como nosotros queremos y lo que lo que queremos que pase nunca pasa y lo que pasa no es lo que más deseaste.

Al final encontré trabajo.
jejeje, si, al final... pero si miramos que lo único rentable de mi curro es el dinero, la cosa no es tan buena.
Soy teleoperadora...
Soy teleoperadora con una oposicion aprobada con 9.
Soy teleoperadora siendo una persona sincera, que no puede mentir, que le cuesta vender y más que nada vender cosas que la gente no necesita.
Si además de eso le añades que mi curro está a tomar por culo, que como a las 12:30, salgo corriendo a la 13:00 y llego a casa a las 22:00 casi, pues imaginate... vamos, el mejor curro del mundo mundial... pero bueno, no me quejo tengo curro.
Bueno, tengo tengo no... aun estoy en el curso de formación y sino lo apruebo a la puta calle y sin un puto duro.
Pero tengo que sonreir y dar gracias por algo que tengo sin quererlo y solo porque lo necesito.
Siempre creí que aquello que necesitabas era porque lo querias, pero las cosas no son como siempre creimos.

Es en este momento cuando no encuentro nada más que gente que hasta hace dos dias no conocia y es más que ahora resulta que veo más que a mi propia gente. Es ahora cuando tengo 4 amigos nuevos con los que me rio y ahogo mis penas...
Como es la vida... hay cosas que te quita y otras que te las regala... y los regalos siempre son bonitos...
Lo malo es cuando ni los nuevos amigos te pueden alzar más allá de las nubes, para sentirte bien, para sentirte satisfecha, nunca para sentirme superior... pero al menos, no sentirme como muchas veces me hacen sentir, más de las necesarias, diria yo, inferior...
Y esto puede ser interpretado como flaqueza, cuando en realidad no lo es... sigo entera, sigo andando, sigo con una sonrisa cogiendo el autobus y volviendo cada dia al trabajo y conociendo a los que ahora comparten mi vida conmigo... mientras tanto las nubes negras vuelven a disipar mi horizonte y vuelven a hacer de mi visión una capa de inferioridad a veces un poco tangible...

Gracias al granaino, gracias al que siempre llega tarde, gracias al argentino y gracias, gracias a la chica que siempre me acompaña en el bus...

Esta noche, solamente quiero volar... porque nunca, nunca... soñé con volar.